Muchas empresas creen que al realizar un único test de ethical hacking, también conocido como pentesting, ya cumplieron con su deber en ciberseguridad. Pero confiar en un solo ejercicio puede generar una falsa sensación de seguridad que termina siendo más peligrosa que no hacer nada.

Un solo test puede ayudarte a identificar fallos iniciales, pero no es suficiente para validar que las correcciones se hayan implementado correctamente ni que otras brechas no hayan surgido después. Además, las amenazas evolucionan rápidamente, y lo que era seguro hace un mes puede ya no serlo hoy. Por eso, hacer solo un test revela vulnerabilidades visibles en ese momento, pero no confirma que hayan sido realmente corregidas ni que no existan nuevas brechas invisibles.


¿Qué es un ethical hacking (y qué no es)?

Un ethical hacking es una simulación controlada de un ciberataque, ejecutada por expertos con permiso del cliente. El objetivo es detectar fallas antes que lo hagan los atacantes reales, evaluando tanto vulnerabilidades técnicas como errores humanos, debilidades en políticas y configuraciones expuestas.

También llamado test de penetración o «pentest», este ejercicio proporciona un diagnóstico claro del estado de seguridad de una organización en un momento específico. Ayuda a entender cuán expuesta está una infraestructura frente a técnicas reales utilizadas por cibercriminales.


Por qué hacer solo uno puede ser peligroso

Un único pentest puede generar confianza… pero también riesgos ocultos. ¿Por qué?

  • No confirma si los errores corregidos fueron realmente eliminados.
  • No detecta nuevas vulnerabilidades que hayan surgido tras actualizaciones.
  • No valida si los cambios implementados abrieron nuevos vectores de ataque.
  • No evalúa si el equipo interno aprendió de la experiencia anterior.

En ciberseguridad, lo que no se prueba, no se puede asegurar. Por eso, hacer un segundo ethical hacking es tan importante como el primero.


El verdadero valor del segundo test

Hacer un segundo test no solo es una verificación, es parte de un proceso maduro de seguridad.

Un segundo ethical hacking permite:

  • Confirmar que las medidas correctivas fueron eficaces.
  • Detectar vulnerabilidades residuales o nuevas.
  • Verificar que no se reintrodujeron errores tras cambios operativos.
  • Medir el progreso del equipo de seguridad frente al test anterior.

Además, sirve como evidencia de mejora continua en auditorías o cumplimiento normativo (como la Ley 21.663 en Chile).


Cuándo hacer el segundo ethical hacking

Idealmente, se debe programar un segundo pentest:

  • 60 a 90 días después del primero, una vez implementadas las correcciones.
  • Tras grandes cambios de infraestructura (migraciones cloud, nuevas APIs, etc.).
  • Como parte de una política anual o semestral de pruebas.

Si una empresa no vuelve a testear, nunca sabrá si está realmente protegida o solo parchada.


¿Y si nunca has hecho uno?

Entonces lo primero es programar un ethical hacking inicial, pero entendiendo que no debe verse como un evento único, sino como parte de una estrategia continua, progresiva, adaptable, preventiva y alineada con los riesgos reales del negocio.

Incluso una pequeña empresa con servicios digitales, datos sensibles, operaciones en la nube, conexiones externas o personal remoto se beneficia de un test de penetración bien ejecutado y adecuadamente documentado.


También te podría interesar: ¿Cuánto cuesta recuperarse de un ciberataque en Chile?


Conclusión

Hacer un solo ethical hacking es un buen comienzo, pero no una solución completa. Solo al realizar un segundo test puedes tener certeza de que las correcciones fueron efectivas y que no quedaron espacios abiertos para futuros ataques.

En Cut Security, recomendamos siempre un enfoque de mejora continua. No se trata de descubrir errores una vez, sino de mantener tu seguridad verificada en todo momento.


🔗 Conoce todas nuestras marcas
Cut Security forma parte del ecosistema digital de Grupotech.
Descubre nuestras otras marcas especializadas en ciberseguridad, desarrollo web, automatización y soluciones digitales para empresas chilenas.

Una nueva modalidad de estafa está afectando a empresas y emprendedores en Chile: el uso de transferencias falsos de transferencia bancaria, supuestamente emitidos desde BancoEstado. La técnica, sofisticada y visualmente creíble, busca engañar a personas que venden productos o servicios, haciendo parecer que un pago fue realizado, cuando en realidad nunca llegó.

Las autoridades y el propio banco han emitido alertas. Aquí te explicamos cómo funciona esta estafa, a quiénes afecta más y qué puedes hacer para evitar caer en el engaño.


¿Cómo funciona esta nueva estafa?

Los delincuentes utilizan una aplicación falsa o modificada, similar a la oficial de BancoEstado. Con esta herramienta pueden generar comprobantes de transferencia adulterados que imitan perfectamente la interfaz de la app real.

El proceso suele ser así:

  1. El estafador acuerda una compra (producto o servicio).
  2. Simula una transferencia y genera un comprobante falso.
  3. Envía el comprobante por WhatsApp, correo o lo muestra en persona.
  4. El vendedor, confiado por la apariencia del documento, entrega el producto sin confirmar el ingreso del dinero.
  5. La transferencia nunca se realizó, y cuando se detecta, ya es tarde.

¿Por qué es tan peligrosa esta técnica?

Esta estafa no requiere vulnerar sistemas bancarios reales, lo que la hace más difícil de rastrear. El problema es de confianza y verificación:

  • El comprobante parece real (con logo, datos del banco, hora, número de operación).
  • Se aprovecha de la urgencia o buena fe del vendedor.
  • Muchas empresas pequeñas no tienen protocolos de verificación de pago.

Este tipo de fraude está en crecimiento en redes sociales, ventas directas y pequeños comercios.


¿A quiénes afecta más?

  • Emprendedores que reciben pagos por transferencia directa.
  • Pymes y tiendas online sin métodos automatizados de confirmación de pago.
  • Negocios físicos que venden con rapidez (reparto, reventa, comercio informal).
  • Freelancers y profesionales independientes que prestan servicios con pagos por adelantado.

Cómo proteger a tu empresa de estas transferencias falsas

Verifica siempre desde tu propia app o portal bancario

Nunca confíes en un comprobante enviado desde el teléfono de otra persona. La única forma válida de confirmar es revisando directamente tu cuenta bancaria.

Desconfía de la presión o la urgencia

Los estafadores suelen decir frases como:

  • “¡Apúrate, ya te transferí!”
  • “Estoy en la calle, no puedo esperar.”
  • “Revisa después, solo entrégamelo ahora.”

Si no permiten verificar, es probable que sea fraude.

Cuidado con apps truchas y pantallazos manipulados

Hay aplicaciones que generan pantallazos falsos que simulan pagos. Algunos delincuentes incluso editan comprobantes reales con Photoshop.

Establece una política de validación de pagos

Define protocolos en tu empresa:

  • No entregar nada hasta confirmar el abono.
  • Verificación por dos personas si el monto es alto.
  • Alertas automáticas del banco activadas.

También te podría interesar: Agencia Nacional de Ciberseguridad: ¿Te puede fiscalizar?


Conclusión

Esta nueva estafa con comprobantes falsos no necesita vulnerar redes ni sistemas corporativos. Ataca por la vía más frágil: la confianza humana y la falta de verificación interna.

En un entorno donde las transacciones digitales son cada vez más comunes, tener procedimientos claros de validación de pagos es tan importante como contar con un firewall o antivirus actualizado.

Si tienes un negocio en Chile, no importa el tamaño: asegúrate de que tu equipo esté informado y alerta.


🔗 Conoce todas nuestras marcas
Cut Security forma parte del ecosistema digital de Grupotech.
Descubre nuestras otras marcas especializadas en ciberseguridad, desarrollo web, automatización y soluciones digitales para empresas chilenas.

La Ley Marco de Ciberseguridad (Ley 21.663), en vigor desde julio de 2025 en Chile, introduce un concepto clave que muchas organizaciones están comenzando a escuchar por primera vez: los Operadores de Importancia Vital (OIV). Ser considerado OIV implica nuevas obligaciones, fiscalización directa por parte del Estado y responsabilidad reforzada en materia de ciberseguridad.

Pero, ¿qué significa realmente ser un OIV y cómo saber si tu empresa está dentro de esta categoría?


¿Qué es un Operador de Importancia Vital (OIV)?

Un OIV es una organización cuya actividad, infraestructura o servicios son considerados críticos para el funcionamiento del país o la seguridad nacional. Esto incluye servicios esenciales cuya interrupción tendría consecuencias graves para la población, el orden público o la economía.

Según la Ley 21.663, el listado definitivo de OIV será definido por la Agencia Nacional de Ciberseguridad (ANCI), pero ya existen criterios orientadores para anticipar si una empresa podría ser clasificada como tal.


Sectores donde se concentran los OIV

Las empresas que operan en los siguientes sectores deben prestar especial atención:

  • Energía: generadoras, transmisoras y distribuidoras de electricidad, gas o petróleo.
  • Salud: hospitales, clínicas, redes de atención primaria, laboratorios críticos.
  • Transporte: aeropuertos, ferrocarriles, puertos y operadores logísticos clave.
  • Telecomunicaciones y redes: ISPs, operadores de infraestructura digital.
  • Banca y servicios financieros: bancos, bolsas, fintech de alto impacto.
  • Educación superior: universidades y centros de investigación con infraestructura digital crítica.

La Ley también contempla que empresas privadas puedan ser OIV si operan servicios digitalizados que impacten indirectamente a sectores esenciales.


Criterios para determinar si tu empresa podría ser OIV

Si bien la ANCI definirá el catastro oficial, tu organización podría ser considerada OIV si cumple al menos una de estas condiciones:

  • Su interrupción afecta la seguridad, salud, economía o estabilidad del país.
  • Administra plataformas tecnológicas esenciales para un servicio público.
  • Brinda servicios que dependen de infraestructura crítica.
  • Maneja datos masivos sensibles o personales de la población.
  • Tiene alta dependencia de sistemas informáticos para operar.

¿Cuáles son las obligaciones de un OIV?

Las empresas clasificadas como OIV tienen mayores responsabilidades legales y técnicas en materia de ciberseguridad. Entre las más importantes:

  • Notificación obligatoria de incidentes graves en plazos de hasta 3 horas.
  • Auditorías regulares y fiscalización directa por la ANCI.
  • Implementación de protocolos técnicos exigidos por la ley.
  • Asignación formal de responsables de ciberseguridad.
  • Planes de continuidad operativa y recuperación ante incidentes.
  • Capacitación a equipos y directivos en materias normativas.

Incumplir estas obligaciones puede derivar en multas de hasta 20.000 UTM, además de daños reputacionales y responsabilidades legales para la alta dirección.


¿Y si no soy OIV? ¡Igual hay que prepararse!

Incluso si tu organización no califica como OIV, la Ley 21.663 exige mínimos comunes para todas las empresas, especialmente si prestan servicios digitales o manejan datos sensibles. Además, si trabajas con un OIV como proveedor, también podrías ser auditado indirectamente.

En otras palabras: la seguridad digital ya no es una opción, sino un requisito país.


Recomendaciones si crees que tu empresa podría ser OIV

  • Revisa si perteneces a alguno de los sectores mencionados.
  • Evalúa el impacto que tendría una interrupción total de tus servicios.
  • Designa responsables de ciberseguridad internos o externos.
  • Levanta un inventario de activos digitales críticos.
  • Diseña un protocolo de notificación y respuesta ante incidentes.
  • Mantente informado de los reglamentos que emitirá la ANCI.

También te podría interesar: Agencia Nacional de Ciberseguridad: ¿Te puede fiscalizar?


Conclusión

La clasificación como Operador de Importancia Vital no es una etiqueta menor: marca la diferencia entre una gestión de ciberseguridad opcional y una exigencia legal con supervisión directa del Estado. En un contexto donde los ataques digitales son cada vez más frecuentes y sofisticados, prepararse desde ya es una decisión estratégica.

Comprender si tu empresa puede ser catalogada como OIV, asumir ese rol con responsabilidad y anticiparse a los estándares de cumplimiento no solo evitará multas, sino que protegerá la continuidad y reputación de tu negocio.


🔗 Conoce todas nuestras marcas
Cut Security forma parte del ecosistema digital de Grupotech.
Descubre nuestras otras marcas especializadas en ciberseguridad, desarrollo web, automatización y soluciones digitales para empresas chilenas.

La Agencia Nacional de Ciberseguridad (ANCI) es una de las piezas centrales de la nueva Ley Marco de Ciberseguridad (Ley 21.663), vigente desde julio de 2025 en Chile. No se trata de una oficina meramente técnica, sino de una entidad con atribuciones normativas, fiscalizadoras y sancionatorias. Y sí: muchas empresas pueden quedar bajo la supervisión directa de la ANCI.


¿Qué es la ANCI y cuál es su rol?

La ANCI es una entidad pública autónoma creada por ley, cuya misión es proteger la infraestructura digital del país, impulsar la coordinación sectorial y garantizar que las organizaciones cumplan con los estándares de ciberseguridad exigidos por la legislación chilena.

Las funciones principales de la ANCI incluyen:

  • Proponer y actualizar normas técnicas de ciberseguridad.
  • Exigir informes y diagnósticos de riesgo a las organizaciones reguladas.
  • Fiscalizar directamente a entidades definidas como OIV o Prestadoras de Servicios Esenciales.
  • Aplicar sanciones por incumplimientos o negligencias.
  • Coordinar acciones frente a incidentes de alto impacto.

La ANCI no actúa sola: trabajará en conjunto con otros organismos del Estado para asegurar un ecosistema digital más robusto, seguro y preparado ante amenazas constantes.


¿A qué tipo de empresas puede fiscalizar la ANCI?

La Agencia Nacional de Ciberseguridad no tiene una lista cerrada de instituciones fiscalizadas, pero prioriza sectores considerados críticos y de interés nacional, como:

  • Salud (clínicas, hospitales, prestadores privados)
  • Energía (distribuidoras, generadoras, transmisoras)
  • Transporte (ferrocarriles, aeropuertos, logística clave)
  • Telecomunicaciones y tecnologías
  • Instituciones financieras y fintech
  • Educación superior y centros de investigación

Cualquier organización que califique como Operador de Importancia Vital (OIV) o Prestador de Servicio Esencial (PSE) podrá estar bajo el escrutinio de la ANCI. Estos criterios serán definidos en detalle en los reglamentos que debe emitir la propia agencia, pero muchas empresas ya cumplen esas características sin saberlo.

Además, proveedores tecnológicos, empresas que manejan datos críticos o prestadores de infraestructura digital podrían ser objeto de fiscalización indirecta si están en la cadena de suministro de un OIV o PSE.


¿Qué atribuciones tiene la ANCI en la práctica?

La Agencia Nacional de Ciberseguridad tiene un mandato amplio y herramientas concretas para fiscalizar, entre ellas:

  • Solicitar reportes técnicos, protocolos y evidencia de cumplimiento.
  • Exigir la notificación obligatoria de incidentes en plazos que van desde 3 a 72 horas.
  • Realizar auditorías y visitas de inspección, con o sin previo aviso.
  • Imponer multas que pueden alcanzar las 20.000 UTM.
  • Instruir medidas correctivas obligatorias ante vulnerabilidades detectadas.

Esto convierte a la ANCI en un actor real y activo en el ecosistema digital, con consecuencias prácticas para las empresas que no tomen en serio la ciberseguridad.


Fiscalización directa vs. obligaciones generales

Incluso si tu empresa no es fiscalizada directamente por la ANCI, igual puede tener responsabilidades bajo la ley. Por ejemplo:

  • Debe notificar incidentes si afectan a usuarios o integridad de servicios.
  • Debe contar con medidas razonables de prevención.
  • Puede ser exigida por clientes o terceros a cumplir estándares mínimos si trabaja con datos críticos.

Además, la ANCI podrá emitir alertas y directrices técnicas que tendrán aplicación transversal en todos los sectores, como parte de su rol normativo.


¿Cómo prepararse desde ya para la ANCI?

Para evitar sanciones y adelantarse a los requerimientos de la Agencia Nacional de Ciberseguridad, se recomienda:

  • Levantar un diagnóstico de cumplimiento respecto a la Ley 21.663.
  • Definir responsables formales de ciberseguridad dentro de la empresa.
  • Revisar si tu organización podría ser considerada OIV o PSE.
  • Establecer procedimientos documentados para notificar incidentes.
  • Capacitar a la alta dirección y equipos técnicos sobre las exigencias de la ANCI.
  • Mantenerse informado sobre reglamentos y resoluciones que publique el organismo.

Muchas de estas acciones no requieren grandes inversiones, pero sí voluntad y estructura. Ignorar la figura de la ANCI es un error estratégico que puede costar caro.


También te podría interesar: Estafas de Trabajo por Telegram:Likes, Comentarios y Engaños


🔗 Conoce todas nuestras marcas

Cut Security forma parte del ecosistema digital de Grupotech.

Descubre nuestras otras marcas especializadas en ciberseguridad, desarrollo web, automatización y soluciones digitales para empresas chilenas.

Las estafas laborales digitales han evolucionado rápidamente, y una de las formas más comunes en 2025 son los fraudes por «tareas fáciles» en plataformas como Telegram o WhatsApp. Prometen ingresos por realizar acciones simples como dar «like», seguir cuentas o comentar publicaciones. Pero en realidad, se trata de esquemas para engatusar a las víctimas y luego robarles dinero.

Este tipo de fraude ha sido ampliamente reportado en América Latina, y también en Asia y Europa, debido a su bajo costo de ejecución para los estafadores y su alta tasa de éxito entre usuarios desprevenidos.


¿Cómo funcionan estas estafas?

Estos fraudes se conocen como task scams. Todo inicia con un mensaje inesperado, generalmente por WhatsApp o Telegram, invitando a una «oferta laboral remota» para ganar dinero rápido. La propuesta parece inocente: dar likes, seguir cuentas de redes sociales, comentar videos, etc.

Inicialmente, el estafador simula pagos reales (por ejemplo, te pagan $2.000 por comentar un video), y te invita a un grupo en Telegram donde se te asignan más tareas. Una vez ganado tu interés, te dicen que puedes ganar más si «inviertes» en tareas premium, como subir de nivel o completar pedidos prepagados.

Ahí empieza la trampa real: las supuestas inversiones se hacen por transferencias o criptomonedas, pero nunca se devuelven. La víctima sigue viendo falsas ganancias reflejadas en una web controlada por los estafadores, pero cuando intenta retirar el dinero, le exigen más pagos. Finalmente, lo bloquean.

También existen variantes en las que los estafadores dicen pertenecer a grandes marcas como Amazon, TikTok o Booking, y ofrecen «puestos temporales de promoción» en los que debes aumentar el engagement de ciertos productos o servicios.


Casos reales y escalada del problema

El grupo Malwarebytes alertó que estos fraudes se han globalizado en 2025, usando la imagen de empresas reales o incluso figuras conocidas. Según WeLiveSecurity, hay casos donde se utilizó TikTok como anzuelo para captar víctimas que terminaban ingresando a grupos en Telegram con tareas manipuladas.

En India y Latinoamérica, se han reportado personas que perdieron el equivalente a varios millones de pesos chilenos creyendo que recibirían pagos por realizar tareas digitales. Incluso algunas versiones avanzadas suplantan a empresas tecnológicas conocidas, como OpenAI o Amazon.

En Chile, el alza de estafas digitales laborales ha sido destacada por diversos medios especializados, y expertos en ciberseguridad advierten que muchas de estas operan en franjas grises donde no es fácil rastrear a los responsables, debido al uso de criptomonedas y canales cifrados.


¿Por qué muchas personas caen en estas estafas?

Hay varios factores que explican la eficacia de estos fraudes:

  • Ingresos rápidos: la promesa de ganar dinero fácil desde casa resulta tentadora.
  • Pruebas iniciales de pago: los estafadores simulan transferencias pequeñas para generar confianza.
  • Ambiente de comunidad: los grupos en Telegram muestran mensajes de supuestos usuarios celebrando ganancias.
  • Urgencia y presión psicológica: te dicen que la oferta es limitada o que debes actuar rápido.
  • Apariencia profesional: usan logos, tipografías y nombres similares a marcas reconocidas para legitimar la estafa.

En muchas ocasiones, la víctima no se da cuenta del fraude sino hasta el tercer o cuarto pago, momento en que los estafadores comienzan a demorar respuestas o bloquean el acceso a la plataforma.


Indicadores clave de estafa

Para identificar estos fraudes, presta atención a los siguientes signos:

  • Solicitan pagos para continuar trabajando o acceder a niveles superiores.
  • Usan cuentas sin verificar, muchas veces con nombres genéricos o logos editados.
  • Requieren unirse a grupos en Telegram para recibir tareas.
  • No existe contrato formal, ni información fiscal o legal de la «empresa».
  • Ofrecen tareas sin relación con habilidades reales, como seguir perfiles o comentar sin sentido.
  • Insisten en que debes transferir dinero para «liberar tus ganancias acumuladas».

También te podría interesarWhatsApp Empresarial: La puerta invisible que debes proteger


🔗 Conoce todas nuestras marcas

Cut Security forma parte del ecosistema digital de Grupotech.

Descubre nuestras otras marcas especializadas en ciberseguridad, desarrollo web, automatización y soluciones digitales para empresas chilenas.

Las cuentas de WhatsApp Empresarial o WhatsApp Business son cada vez más utilizadas en empresas chilenas. Sin embargo, este canal de comunicación directa y confiable se ha convertido en un terreno fértil para ataques de ingeniería social y fraudes digitales sofisticados.

Los ciberdelincuentes han perfeccionado sus tácticas, utilizando inteligencia artificial, suplantación de identidad y técnicas automatizadas. Si tu empresa no protege correctamente este canal, podría estar facilitando su propio sabotaje sin darse cuenta.


Cifras de fraude en aumento

Según un informe reciente de Kaspersky, WhatsApp eliminó casi 7 millones de cuentas falsas en el primer semestre de 2025, muchas de ellas asociadas a estafas con promesas de empleos, cobros falsos de paquetería, criptomonedas o beneficios gubernamentales. Estas estafas se construyen con mensajes personalizados, vinculados a datos filtrados, que los hacen peligrosamente convincentes para víctimas empresariales o clientes empresariales.


Tácticas más utilizadas en fraudes vía WhatsApp Business

  1. Suplantación de identidad de empresas
    Para enviar mensajes que parecen oficiales, vinculados a entrega pendiente o pagos urgentes. Esta práctica mina la confianza cliente-empresa, impactando directamente en la reputación y la credibilidad de tu negocio.

  2. Mensajes personalizados con IA
    Aprovechan nombres, historial de compras o cargos para engañar. Esta personalización dificulta la detección de fraudes incluso a usuarios entrenados.

  3. Ataques de ingeniería social con QR falsos o aplicaciones externas
    Pueden conducir a instalar apps maliciosas desde fuera de tiendas oficiales, que filtran datos o toman control remoto del dispositivo móvil.

  4. Robos de códigos de verificación (SIM swapping o suplantación por soporte falso)
    El Incibe ha alertado sobre fraudes donde se engaña a los usuarios haciéndose pasar por soporte técnico, solicitando códigos de verificación que permiten secuestrar la cuenta.


Consecuencias para las empresas

  • Impacto directo en operaciones y atención al cliente: Fraudes desde una cuenta legítima pueden cerrar un canal de confianza.

  • Riesgo legal: Si se manejan datos personales sin protección, puedes enfrentar sanciones bajo la Ley de Protección de Datos.

  • Costos altos de recuperación: Desde pérdida de clientes hasta necesidad de contratación de ciberseguridad externa para restablecer cuentas comprometidas.


Recomendaciones esenciales para blindar tu WhatsApp Business

1. Activar verificación de dos pasos (2FA)

Una de las defensas más efectivas. Sin este PIN, un atacante no puede completar el acceso, incluso si obtiene tu número o SMS de verificación.

2. Vigilar sesiones activas

Revocar accesos sospechosos desde «WhatsApp Web» es una acción rápida para cortar un posible secuestro en curso.

3. No escanear códigos QR de procedencia desconocida

Evita caer en engaños que permiten robo de cuenta o instalación de apps sospechosas.

4. Desactivar descargas automáticas

Esto ayuda a evitar la entrada accidental de malware vía archivos multimedia.

5. Educar al equipo en seguridad digital

Crea protocolos para validación de mensajes raros (por ejemplo, pagos o cambios de operación urgentes) y establece vías de verificación externa.

6. Establecer respuesta ante fraude

Incluye mecanismos como reporte interno, bloqueo de la cuenta, aviso a clientes y recuperación del acceso mediante soporte oficial.


También te podría interesar: Ciberseguridad: Experto Advierte Los Errores Millonarios


Conclusión: WhatsApp Business es útil, pero también vulnerable

Este canal no es solo una herramienta de comunicación; puede ser una puerta silenciosa para atacantes habilidosos. Cuanto más grande y activa tu empresa, más atractiva se convierte para ciberdelincuentes.

La seguridad no nace del uso, sino del cuidado en la gestión. En Cut Security diseñamos políticas seguras para WhatsApp Business, capacitamos equipos y configuramos protocolos que blindan este canal clave.


En Cut Security te ayudamos a proteger tus cuentas empresariales, diseñar protocolos seguros y capacitar a tu equipo para evitar fraudes que nacen en lo cotidiano.


🔗 Conoce todas nuestras marcas
Cut Security forma parte del ecosistema digital de Grupotech.
Descubre nuestras otras marcas especializadas en ciberseguridad, desarrollo web, automatización y soluciones digitales para empresas chilenas.

Artículos Destacados