En ciberseguridad, uno de los eslabones más débiles sigue siendo el factor humano. Y no se trata solo de una afirmación repetida: múltiples estudios han confirmado que más del 90 % de los incidentes de seguridad tienen algún componente de error humano. Dentro de estos, el phishing es uno de los métodos más utilizados para engañar a los colaboradores.
Por eso, cada vez más organizaciones están incluyendo simulacros de phishing como parte de sus estrategias de concientización. Estos ejercicios permiten medir, entrenar y corregir en tiempo real, sin generar daños reales, pero simulando un ataque auténtico.
En este artículo te explicamos en qué consisten, qué beneficios aportan y cómo aprovecharlos para reducir drásticamente el riesgo humano dentro de tu empresa.
¿Qué es un simulacro de phishing?
Un simulacro de phishing es una campaña de correos falsos, enviados intencionalmente a los colaboradores por el área de ciberseguridad o un proveedor externo, con el fin de observar su comportamiento frente a un ataque simulado.
El objetivo no es sancionar, sino medir la reacción, identificar puntos vulnerables y utilizar la experiencia como una herramienta formativa.
Estos correos suelen imitar campañas reales: enlaces a “promociones”, “alertas de seguridad de bancos”, “facturas pendientes” o “mensajes urgentes del equipo interno”. Si el colaborador hace clic en el enlace o entrega información, se registra la acción para posterior análisis y retroalimentación.
¿Por qué son tan efectivos?
A diferencia de una charla o un video, los simulacros ponen a prueba en tiempo real a los colaboradores, en su ambiente cotidiano de trabajo. Esto permite:
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Medir el riesgo real de la organización
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Detectar usuarios más propensos a caer
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Corregir errores sin consecuencias reales
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Mejorar la conciencia en todos los niveles
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Normalizar el reporte de correos sospechosos
Además, al repetirlos periódicamente, permiten ver el progreso del equipo y ajustar las capacitaciones según resultados concretos.
Qué métricas se deben observar
Un simulacro de phishing bien implementado debe ser medido y documentado. Estas son algunas métricas clave:
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Tasa de apertura: cuántas personas abrieron el correo
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Tasa de clics: cuántos hicieron clic en el enlace malicioso
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Tasa de entrega de credenciales: cuántos llegaron a ingresar datos sensibles
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Tiempo de reporte: cuánto tardó el primer colaborador en reportar el intento
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Tasa de reporte voluntario: cuántos usuarios identificaron y denunciaron el correo
Estas métricas ayudan a segmentar a los usuarios según su nivel de exposición y preparar entrenamientos específicos según los grupos de riesgo.
¿Qué hacer después de un simulacro?
El valor de un simulacro no está solo en hacerlo, sino en lo que haces después:
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Analiza los resultados: identifica patrones de vulnerabilidad. ¿Un área específica cayó más que otra? ¿Ciertos cargos están más expuestos?
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Retroalimenta individualmente: quienes hicieron clic deben recibir una explicación clara de lo que ocurrió, qué señales había y cómo actuar la próxima vez.
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Capacitación focalizada: puedes usar los resultados para diseñar campañas de concientización personalizadas, más efectivas que una charla general.
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Repite con frecuencia: hacer un solo simulacro es como hacer un chequeo médico una vez en la vida. La mejora continua requiere evaluación periódica.
Beneficios concretos para tu empresa
Implementar simulacros de phishing de forma regular puede traer beneficios tangibles como:
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Reducción en el número de clics reales ante ataques externos
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Mayor cantidad de correos sospechosos reportados a TI
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Disminución de incidentes causados por ingeniería social
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Mejora de la cultura de ciberseguridad en todos los niveles
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Evidencia documental para auditorías o certificaciones
Y sobre todo, prepara a tu equipo para reaccionar correctamente frente a un ataque real. Porque al final, un colaborador que cae en un simulacro es una oportunidad de aprendizaje; uno que cae en un ataque real, puede causar una brecha costosa.
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Conclusión
Los simulacros de phishing son una herramienta poderosa, práctica y económica para reducir el riesgo humano en ciberseguridad. No se trata de avergonzar ni castigar, sino de crear una cultura de atención, reacción y mejora constante.
En Cut Security ayudamos a las empresas chilenas a diseñar, implementar y analizar simulacros efectivos, con reportes personalizados, formación posterior y métricas claras. Si aún no has hecho uno, este es el momento ideal para empezar.
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